Tres enfoques esenciales para que las empresas puedan sobrellevar la transformación digital.

En la actualidad, la mayoría de compañías trabajan en entornos tensos, puesto que se enfrentan a problemáticas como la incertidumbre financiera, el incremento de costos, una escasez de talento laboral y por si fuera poco controversias geopolíticas. Frente a este panorama, es su deber resguardar su cuota de mercado,   fortaleciendo la fidelidad de sus clientes y perfeccionando su oferta con servicios o productos innovadores, una promesa de valor clara y un servicio al cliente excepcional. Para poder lograr dicho objetivo, la instauración de tecnología emergente es fundamental. 

El informe global de tecnología más reciente, KPMG Global Tech Report 2022, expone que ciertos líderes en tecnología están en busca de un modelo resiliente con enfoque a largo plazo. Las instituciones están muy entusiasmadas con las nuevas herramientas tecnológicas y también se han decidido por aplicar la digitalización para poder mejorar considerablemente la experiencia del usuario.

Es posible que la inversión en innovación y tecnología a lo largo de la pandemia haya dado a las compañías una nueva certeza y fiabilidad sobre la enorme capacidad de estas herramientas para poder revitalizar sus negocios. 6 de cada 10 CIO globales, contempla que la crisis sanitaria por el Covid 19 incrementó la influencia de los dirigentes tecnológicos dentro de las organizaciones, y además 7 de cada 10 confirma que la colaboración entre el equipo de tecnología y la empresa en general se logró fortalecer, de conformidad con el análisis 2020 COP Survey de la firma KPMG International.

Los enfoques clave para que las compañías afronten la transformación digital son los siguientes:

La tecnología a disposición de la experiencia del cliente.

La experiencia del usuario final es una de las palancas principales que posibilitan la designación de presupuesto para una iniciativa de transformación digital. 

Centrarse en el cliente involucra crear flujos de trabajo, productos y servicios para resolver sus necesidades específicas de la forma más eficiente y memorable posible. Dicha estrategia también favorece al negocio puesto que influye de manera directa en la toma de decisiones de compra. En cambio, una mala y deficiente experiencia pone directamente en riesgo el consumo de servicios o productos de la empresa. 

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El momentum digital incrementa, pero los riesgos persisten.

Es curioso que cuando se trata del tema del Metaverso, la gran parte de compañías, incluso las más rentables y efectivas digitalmente hablando, aceptan que están en espera de que sus competidores implementen primero dicha tecnología o a que los consumidores demanden servicios y productos vinculados previamente a invertir en ella. Sí realizamos una comparativa entre industrias, el sector bancario ha demostrado mayor interés en invertir en el metaverso en lo que va del 2023, y los sectores de químicos y energía manifestaron el menor interés por invertir en esta tecnología dentro de ese periodo.

Por otra parte, queda muy claro que la implementación de la nube ya no es la marca de un líder digital como lo era antes, sencillamente es la evolución natural de las tecnologías de la información (TI). Un 88% de las empresas consideran que están avanzadas en la incorporación de dicha tecnología, un 73% menciona que está en el proceso de migración de cargas de trabajo estratégicas a este ecosistema y un 15% sostiene que ya finalizó la migración y ahora busca automatizar sus sistemas.

Las ventajas más importantes que las instituciones obtienen de los servicios en la nube son la disminución del costo total de la propiedad comparado con la infraestructura física de TI en las instalaciones (35%) y también una mayor ganancia en la eficiencia (33%).

Uno de los mayores desafíos que enfrentan las compañías en el proceso de su transformación digital es la escasez de talento con las habilidades requeridas, elemento determinante que predomina más en el área de la salud (52%) y en el sector manufacturero (48%). Además, las organizaciones que todavía se resisten al cambio parecen poner en riesgo la innovación digital, puesto que la cultura negativa al riesgo se encuentra situada entre los cinco principales retos de las iniciativas de transformación digital, limitando los esfuerzos para un 24% de los entrevistados. 

Los equipos de ciberseguridad se esfuerzan para mantener un ambiente seguro.

Las unidades de ciberseguridad se encuentran bajo la constante presión de mantenerse actualizados con las amenazas que surgen día con día y, nuevamente, la carencia de talento calificado frecuentemente perjudica sus esfuerzos. Las compañías mencionan que la falta de habilidades clave es el problema principal obstaculizando el cumplir con sus propósitos de seguridad digital, puesto que más de la mitad (58%) reconocen que se encuentran atrasados en este tema.

Por último, uno de los mayores retos de ciberseguridad que enfrentan las organizaciones es la digitalización de los canales de clientes, después de la implementación del nuevo sistema de trabajo híbrido. Para poder contribuir a garantizar que las innovaciones tecnológicas fortalezcan la lealtad y confianza de los clientes, en vez de ponerlo en peligro, la seguridad debe plantearse desde un principio, en lugar de añadirse más tarde y únicamente para cumplir.

Pese a este gran impulso digital positivo y el hambre por la tecnología de punta, el sondeo de directivos tecnológicos y especialistas de la industria comprueba que aún existen barreras en el camino hacía la transformación, y por mencionar algunos, éstos pueden ser presiones de ciberseguridad y grandes brechas de habilidades cruciales. 

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