Transformación digital, desde un punto de vista estratégico y humano.
Diversas compañías suelen asociar el concepto de transformación digital específicamente con el área de tecnología de la información, y lo primero que piensan es inteligencia artificial, innovación tecnológica, social media, hardware y software, etc. No obstante, los desafíos y la magnitud de la transformación digital van mucho más allá de una implementación tecnológica, puesto que conlleva una conversión total del capital humano, de su manera de operar y visualizar el futuro.
De ahí surge la importancia de que la Dirección General tenga un mindset estratégico para poder dirigir a la organización, deshaciendo los paradigmas y confrontando adecuadamente la resistencia al cambio. En los procedimientos de transformación, el cambio cultural es tan relevante como el tecnológico.
Actualmente se considera que adoptar una cultura de transformación digital es algo relativamente fácil, pero no es para nada sencillo. Si bien es cierto, un primer paso crucial es que la Dirección General, esté de acuerdo con la iniciativa y diseñe la estrategia y planes de acción, sin embargo, esto no es suficiente para poder transmitir este propósito a los colaboradores de toda la organización.
La transformación tecnológica es un procedimiento complicado: se necesita la incorporación de diversos lineamientos y recursos, todos los departamentos y niveles de la compañía deben de estar comprometidos e involucrados para poder alinear y motivar a la fuerza de trabajo con los procesos tecnológicos.
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Los clientes y la digitalización.
El ajuste de las distintas áreas operativas y procesos internos convencionales es fundamental para precisar la centralización en el cliente y la digitalización.
Un error frecuente es querer replicar lo que se realiza en la realidad offline en el online, sin una conversión apropiada en los canales digitales.
En diversas ocasiones se puede considerar que es por una deficiencia en el liderazgo de los proyectos o la falta de comunicación asertiva.
Para mitigar esta clase de problemáticas, se debe desarrollar y distribuir una estrategia centrada en el cliente (interno y externo) y de esa manera alcanzar una transformación digital exitosa, aunque reconocemos que su aplicación conlleva muchos retos, tanto tecnológicos como humanos. La adaptación de las diferentes áreas operativas y procesos internos tradicionales es crucial para concretar la centralidad en el cliente y la digitalización.
Sin duda alguna, la tecnología puede convertirse en un excelente aliado para mejorar la experiencia de los clientes, en la medida en que se ponga en el centro del rediseño de las nuevas propuestas de valor para cada nicho de mercado.
Por otro lado, hay que recordar que los clientes y sus procesos de compra se encuentran en constante evolución y se debe de estar atento a las expectativas de cada uno de ellos.
Por lo tanto, uno de los principales desafíos para las compañías es perfeccionar su “Capacidad de escuchar al Cliente” para comprender de una mejor manera sus preferencias y hábitos de compra, y así poder proporcionar un servicio de calidad.
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Pequeñas y medianas empresas digitales.
Es muy habitual relacionar la transformación digital con las grandes empresas, pero ¿qué sucede con las pequeñas y medianas empresas en la República Mexicana y América Latina que son el pilar de su economía?
No se requiere ser una empresa global para considerar y dar inicio con los procesos de conversión digital. Además de preguntarse ¿cómo inicio un cambio de transformación digital?, tendrían que hacerse algunas preguntas más, tales como: ¿cuál es nuestro objetivo de transformación digital?, ¿hacia qué punto deseamos mover a la compañía?, ¿cuál es nuestra visión a largo plazo? o ¿cómo imaginamos el resultado de este proceso tecnológico?. A partir de ese momento, es posible realizar un ejercicio en reversa para determinar lo que se tiene que llevar a cabo para ver reflejado esos resultados en el negocio, sin perder el foco en el cliente a lo largo de dichos procesos.
Las compañías que inviertan en transformación digital y que sepan implementar las tecnologías correctamente, serán las organizaciones que mejor encaren los actuales entornos de incertidumbre y alta volatilidad.
Es necesario evaluar las tecnologías que puedan optimizar o reemplazar los procesos actuales, que puedan proporcionar nuevos diferenciadores frente al mercado que cada vez es más competitivo. Recorrer esta ruta se puede considerar ya como un proceso de transformación digital, el cuál es capaz de generar nuevas áreas comerciales que se vinculen y funcionen mejor para los distintos tipos de clientes.
Las organizaciones que inviertan adecuadamente en procesos de transformación digital y que sean capaces de ejecutarlos de forma armoniosa y con responsabilidad social, serán las empresas que confronten de mejor manera los panoramas actuales de inestabilidad y recesión económica, y quienes también se encontrarán llenos de oportunidades de reinventarse y de crecer en todos los aspectos.
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